Un claro ejemplo es una empresa de aerolíneas de Nueva Zelanda, un país de lo más moderno, que ofrecía 467 Euros a quien se tatuara el logotipo de la empresa en su cabeza rapada. Según los responsables de la empresa, lo que más se mira en una cola antes de embarcar es, ni más ni menos, que el cogote de la persona que tiene delante.
Estos tatuajes no son permanentes, en unas dos semanas desaparecen. El problema no sería este, sino que la gente valora su cuerpo como un elemento comercial.
No se trata en el caso de deportistas que se ponen un mono con decenas de marcas en su tejido, tampoco de una famosa que lleva todas las perlas por haber de una conocida marcas de joyas. La publicidad se quita y se pone, pero no se lleva consigo.
Ejemplos más extremos son por ejemplo el de una mujer que por 10.000 dólares se tatuó una dirección de una cadena de hoteles en un sitio tan visible como la frente. El tatuaje, en este caso fue permanente.
Y aunque parezca increíble, ésta no es la única persona a la que se le ha ocurrido esta terrible idea. Hay mucha gente que decide utilizar su cuerpo como publicidad viviente y decide realizarse un tatuaje con este fin.
La verdad es que hay muchas personas que hacen este tipo de idioteces por un poco de dinero…
Es más, hay una empresa que se encarga de conseguir personas dispuestas a tatuarse la marca que quieres anunciar. Se trata de la empresa leaseyourbody.com, quienes en realidad lo hacen con tatuajes temporales (aunque no me extrañaría que a alguien se le ocurra emprender este negocio con tatuajes reales).
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